miércoles, 1 de julio de 2009

Clásico peruano y turco

El fútbol mueve grandes cantidades de masas, y estas masas de personas tienen distintos tipos de pensar, actuar y distintas clases sociales; es por eso que muchas de estas “masas” no están de acuerdo en infinidades de cosas y se crean grandes rivalidades que luego se convierten en clásicos.

En el mundo hay infinidades de clásicos, pero sin duda alguna los que más se parecen, o mejor dicho, que tienen un inicio común es el clásico peruano y el turco.
El peruano se inicia con el clásico de los bastonazos, que dio inicio a la ya conocida rivalidad entre Universitario y Alianza Lima en 1928; mientras que el clásico turco se inició en 1934, en un partido amistoso que jugaron el Fenerbahçe contra el Galatasaray, que terminó en una batalla campal que protagonizaron las dos hinchadas.

El club Universitario fue creado por un grupo de estudiantes de la Universidad San Marcos, al igual que el Galatasaray, que fue creado por un grupo de estudiantes de la institución académica Liceo de Galatasaray. Estos dos equipos pertenecían a una clase social alta, ambos coincidían que el fútbol debía ser solo para caballeros, que hayan estudiado en colegios (Universitario trataba de aclocarse a la forma de juego Europeo). Ambos tenían un juego ordenado, con gente disciplinada, que veía el fútbol como una profesión.

Mientras que por el otro bando el club Alianza Lima y el Fenerbahçe, eran considerados como los clubes de clase social baja, que ponían como escusa el fútbol para poder tener actividades sociales en las que era muy común el consumo de bebidas alcohólicas, por lo que sus jugadores eran muy indisciplinados, caso contrario a sus respectivos clásicos. Los dos se crearon, podría decirse, “en la calle”, por esto es que les denomina como “equipo del pueblo”.

Aunque ahora eso ya no existe, puesto que los 4 clubes tienen hinchas en todas las clases sociales, la rivalidad sigue siendo la misma, los dos equipos considerados de clase social alta, llegaron a caer en el mismo nivel de sus rivales, ya que en vista de la superioridad futbolística que tenían sus oponentes, tuvieron que recurrir a comprar jugadores que no pertenecían a su clase social, esto no iba acorde a lo dicho por ellos mismos anteriormente, por lo que se convertían en clubes iguales a sus clásicos.

Ahora, ¿cómo los turcos, que son mucho más civilizados que nosotros, que tienen distintas ideologías a las nuestras, pueden tener a sus hinchadas enfrentándose de forma salvaje, sin importar los destrozos que hagan, de la misma manera en que nosotros podemos actuar en situaciones similares?.
Yo creo tener una respuesta: El fútbol.
La pasión que genere el fútbol en ciertas personas, supuestamente llamados hinchas, a los clubes que admiraron desde pequeños hasta ahora, puede ser tan grande que, sin importar el país, clase social o medio en que se encuentre, puede llevarlos a un nivel de violencia y odio hacia sus enemigos (clásico rival) que no les importa cómo se sientan, con tal de tumbarlos y vencerlos dentro y fuera de la cancha, de la forma que sea, aunque fuera mediante la violencia.

La mayoría de los jugadores que militan en los clubes grandes de Turquía y Perú, son hinchas de esos equipos, y por esto también tratan de tumbarlos, solo que ellos lo hacen mediante los partido, mediante sus triunfos y sus derrotas, por eso es que cada clásico se vive de una forma distinta a cualquier otro partido, porque los jugadores saben lo que el hincha quiere, y mientras más humillado sea el rival, mejor se van a sentir.

Entonces para terminar, los clásicos pueden tener distintos orígenes, miles de motivos para ser rivales, sentir alegría cuando el otro pierde y sentirse como el peor cuando uno pierde; pero en todos los lugares del planeta los clásicos se viven con la misma pasión, intensidad y emoción por parte de los hinchas y jugadores, y eso es lo lindo del deporte, porque pueden haber millones de diferencias entre la gente, y lo único que podrían unirlos es el deporte en sí, aunque sea para tratar de humillar a su rival.